Nuestros diseños nacen muchas veces de situaciones en las que una persona se pone en contacto con nosotros porque desea hacer un regalo muy especial. Es uno de nuestros escenarios favoritos. A menudo nos cuentan en qué tipo de situación se va a hacer la entrega del regalo, si es un cumpleaños especial, una pedida de mano o una boda. Cómo es la persona que va a recibir el regalo, sus gustos en cuanto a música, forma de vestir, decoración… (cualquier pista que nos dé una idea de cuáles son sus gustos estéticos o preferencias). Y sobre todo, en qué pieza de joyería es en la que está pensando y desearía regalar o regalarse, unos pendientes, un anillo, una pulsera, un collar…
Una vez recopilada toda la información que necesitamos para crear la pieza solicitada, nos ponemos manos a la obra para elaborar los bocetos de la nueva joya. Y es en este momento cuando la comunicación con nuestro cliente es muy importante para poder personalizar la joya con todos los detalles que nos pidáis o modificarla. Porque podemos cambiar tamaños, colores, metal con el que vamos a trabajar y cualquier detalle que os parezca que debe cambiarse.
Tras la aprobación del boceto, y siguiendo el proceso de fabricación requerido, comienza a producirse la magia en nuestro taller y el metal comienza a tomar la forma deseada!. Este proceso varía mucho en función de la joya que vamos a crear, os explicaremos en otro post, cuáles pueden ser son esos procesos.
En otras ocasiones, diseñamos junto con los fabricantes los modelos de pendientes, de gargantillas o anillos que creemos, van a responder a las futuras tendencias del mercado. En estos casos nos guía nuestro instinto, la experiencia y el estudio de las tendencias. Y es igualmente apasionante ver cómo más tarde, uno de los modelos de pendientes, por ejemplo, de los que más orgullosos nos sentíamos, es uno de los que más os gustan a vosotros también. Cuando nos enviáis fotografías con vuestros pendientes o gargantillas puestas nos inunda un sentimiento de satisfacción y emoción.
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